El alzhéimer, la principal causa de demencia en todo el planeta, está muy relacionado con la diabetes y la obesidad, lo que unido al hecho de que se estima que, para el año 2050, el número de personas con alzhéimer ascenderá a 131,5 millones, no parece buena noticia para diabéticos y obesos
De esta manera, distintos trabajos concluyen que el alzhéimer es la causa más frecuente de demencia, y en que se caracteriza por un trastorno amnésico progresivo con aparición posterior de otros cambios cognitivos, conductuales y neuropsiquiátricos, que impiden la función social y las actividades de la vida diaria.
Así las cosas, recientemente se ha observado que los pacientes con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, tanto de origen vascular como enfermedad de alzheimer; y han sido múltiples los estudios que han puesto de manifiesto una clara relación entre la obesidad y la diabetes tipo 2 y, como consecuencia, un deterioro cognitivo inicial, así como la evolución a demencia y enfermedad de Alzheimer.
Según ha explicado el doctor Carlos Sala, jefe de las Unidades de Obesidad de Quirónsalud Alicante y Valencia, “los altos niveles de glucemia [azúcar en sangre] propios de la diabetes mellitus tipo 2 incrementan los valores de beta-amiloide [proteína relacionada con la neuropatología del alzhéimer]. Parece que se debe a la resistencia a la insulina a nivel cerebral; mecanismo parecido a la DM2 a nivel sistémico, que causa degeneración neuronal y trastorno cognitivo propios de la demencia. De hecho, se ha denominado diabetes tipo 3”.
De esta manera, según el doctor, una dieta rica en grasas y carbohidratos, además de ser causa de obesidad, “provoca acumulación y depósito de lípidos, también a nivel cerebral, alterando el funcionamiento de las sinapsis [conexiones entre las neuronas], que es la lesión inicial en la enfermedad de Alzheimer. En fases más avanzadas de la enfermedad, estas neuronas mueren, acelerando el deterioro cognitivo”.
Entre las recomendaciones del doctor Sala para evitar este tipo de situaciones destacan:
- Seguir una dieta sana, con ingesta limitada de grasas y carbohidratos.
- Hacer ejercicio para mantener un buen estado de vascularización y oxigenación.
- No fumar.
- Promover una actividad intelectual importante, adquirir nuevos conocimientos (música, idiomas, estudios, lectura, etc.).
Mantener una vida social activa, para evitar la aparición de deterioro cognitivo leve o retrasar la progresión de la demencia.
Lógicamente, siempre según el especialista, “una alimentación saludable, con consumo limitado de grasas y carbohidratos, puede contribuir a retrasar la aparición de la enfermedad. Además de favorecer la pérdida de peso, puede mejorar el control de la glucemia y no catapultar el desarrollo de DM2, aumentando el riesgo de la demencia tipo 3 o enfermedad de Alzheimer”.
Así las cosas, si nuestra dieta incluye todo lo necesario para el organismo, no solo mejorará la salud, sino que también ayudará a combatir el deterioro cognitivo y mejorarán el estado de ánimo, la memoria y la rapidez de pensamiento.
Entre los alimentos que se recomiendan en este sentido, podemos encontrar:
- El aceite de oliva virgen extra: reduce el edema cerebral y el estrés oxidativo, y protege las neuronas después de una isquemia.
- Los arándanos y otros frutos rojos: tienen propiedades antioxidantes y, además, unos pigmentos que protegen el sistema nervioso. En la actualidad, ya hay estudios que sugieren que los arándanos pueden mejorar la memoria.
- Los tomates: tienen antioxidantes que protegen las neuronas de los radicales libres que pueden dañar las células.
En definitiva, el especialista concluye que "cuidar nuestra alimentación tendrá muchos beneficios para nuestra salud cardiovascular y cerebral. Nos ayudará a prevenir algunas enfermedades de riesgo".
Fuente: infodiabetico.com