
"Aunque la obesidad y la diabetes tipo II siguen siendo un problema clínico y de salud pública mayúsculo en Estados Unidos, los datos actuales arrojan un halo de esperanza", apuntaron en el artículo sobre el estudio William Herman y Amy Rothberg, de la Universidad de Michigan.
Para estos expertos, puede que finalmente se estén viendo los resultados de las campañas gubernamentales para fomentar una mejor alimentación y mayor ejercicio físico entre una población con tendencia a la comida rápida y al sedentarismo.
"Se han dado progresos, pero se requerirá que esos esfuerzos se mantengan y se expandan", concluyeron. Aún así, los números son preocupantes. De acuerdo al informe basado en datos de una encuesta titulada National Health and Nutrition Examination Survey, entre un 12 y un 14 por ciento de los estadounidenses tenían diabetes entre 2011 y 2012, un porcentaje que ha permanecido estable desde 2008. Si a eso se le suma el hecho de que un 29 por ciento se encontraban en situación de riesgo de contraer la enfermedad, las cifras hablan de entre un 49 y un 52 por ciento afectados de alguna forma por el trastorno metabólico. La prevención, de acuerdo al estudio, es lo que está fallando.
Entre 1990 y 2002 un 29 por ciento de la población se encontraba en riesgo de convertirse en diabéticos, un número que ha ascendido hasta el 38 por ciento en 2012. Los investigadores evaluaron a 5 mil pacientes para concluir que los hispanos, por ejemplo, están entre los grupos de población más afectados por la patología, con un 23 por ciento frente al 22 por ciento de los afroamericanos y el 20 por ciento de los ciudadanos de origen asiático. Es un problema que supone una factura médica de unos 245 mil millones de dólares al año, con una media anual de 71 mil fallecidos a causa de este mal, de acuerdo a los datos de la Asociación Americana de la Diabetes.
Fuente: Pablo Scarpellini / elmundo.es