El ejercicio es un recurso efectivo para que las embarazadas disminuyan el riesgo de diabetes, la presión alta y otras complicaciones, de acuerdo con un nuevo estudio.
"La investigación sugiere que una intervención prenatal con ejercicio reduce el costo y mejora los resultados en las mujeres obesas", dijo la autora principal, Leah Savitsky, estudiante de medicina de OregonHealth y Science University, Portland.
En la 37ª reunión anual de la Sociedad de Medicina Materno Fetal en San Diego, California, su equipo presentó los resultados de una revisión de estudios previos sobre el efecto del ejercicio en las embarazadas con un IMC de 30 o más (el IMC normal es 18,5-24,9; un valor de 30 o más indica obesidad).
Los autores estimaron que por cada millón de mujeres habría 38.176 casos de preeclampsia (hipertensión gestacional) en las embarazadas que hacen ejercicio y 113.000 casos en las que no ejercitan.
El ejercicio también estaría asociado con una disminución de la diabetes gestacional, con 195.520 casos por millón en las embarazadas que ejercitan y 305.500 casos entre las que no lo hacen.
Por cada millón de embarazadas obesas, con el ejercicio disminuiría la tasa de parto prematuro (de 105.059 a 90.923), de mortalidad materna (de 90 a 70) y de mortalidad neonatal (de 1.932 a 1.795).
De acuerdo con un umbral de costo efectividad de 100.000 dólares por año de vida ajustado por calidad (AVAC), una intervención física ahorraría costos sólo si los gastos se mantienen por debajo de 3.000 dólares.
Pero, para Savitsky, los efectos del ejercicio serían más beneficiosos que lo que revela el estudio. "La investigación no tuvo en cuenta efectos extras en el control del peso más allá del embarazo y en la hipertensión y la diabetes", señaló vía e-mail.
Los beneficios alcanzarían también a las mujeres que no son obesas. El equipo halló mejorías similares en aquellas que hacían ejercicio, aunque los umbrales de costo efectividad eran más bajos.
Fuente: Reuters Health