Hoy en día la tendencia es utilizar agujas más cortas para así́ lograr que la insulina tenga un efecto deseado, y sea más fácil y cómoda su aplicación. A continuación te explicamos más al respecto.
El objetivo de una técnica correcta de inyección es que la insulina llegue específicamente al tejido subcutáneo, que es la grasa ubicada por debajo de la piel, por lo que la selección de la aguja dependerá de varias cosas: si vas a utilizar una jeringa o una pluma y la edad del paciente, ya que con el paso de los años va cambiando el grosor de la piel; en promedio, después de los 6 años llega a ser de 1.6 a 2.4 mm, justo por eso se han hecho modificaciones y se han comenzado a utilizar agujas cortas para poder aplicar de forma más fácil y sencilla la insulina en este tejido.
¿Cuál es la mejor aguja?
En niños entre 2 y 6 años, la recomendación sería usar una aguja corta de 4 mm, pero para que su absorción sea la correcta se necesita hacer un pliegue, este se realiza para llegar al tejido subcutáneo y así lograr que la insulina se quede en esta zona; si no se sigue esta técnica a esta edad, a pesar de utilizar una aguja muy corta, se puede llegar a administrar la insulina en el músculo.
En mayores de 6 años, adolescentes y adultos, debido a que ya tienen un grosor de la piel mayor a 2.4 mm, recomendamos que al utilizar una jeringa para la aplicación de insulina, se emplee una aguja de 6 mm, que es la más corta para este tipo de método (con vial). Sin embargo, si se utiliza pluma de insulina, se puede elegir una aguja de 4 mm, la cual tiene ahora 5 biseles lo que proporciona una aplicación mucho más cómoda. Después de los 6 años, ya no es necesario realizar el pliegue pues la piel es más gruesa y es muy bajo el riesgo de que la aplicación llegue al músculo.
¿Qué pasa si la insulina llega más allá del tejido subcutáneo?
Uno de los problemas en la aplicación de insulina es que llegue más allá del tejido subcutáneo y que penetre hasta el músculo, lo que puede generar una hipoglucemia (baja de glucosa), y puede ser muy grave. Por esta razón, hoy en día, la tendencia es usar agujas cortas o plumas de insulina donde se puedan usar las de 4 mm.
¿Siempre es necesario el pliegue?
No, el pliegue se hace en relación a la longitud de la aguja con la que se va aplicar la insulina, por ejemplo: si se tiene una aguja de 13 mm es completamente necesario. Además de hacer el pliegue, se debe hacer una inclinación de 45 grados, como al tomar una pluma y escribir, e inyectar así́ la insulina, lo que hace más difícil aplicarla en zonas como los brazos y los glúteos.
Con las agujas de 4 mm no se requiere hacer el pliegue si el paciente tiene más de 6 años, e incluso con estas se pueden rotar los lugares de aplicación (brazos, abdomen, piernas, glúteos, etc.) con facilidad, ya que no se requiere ningún ángulo para colocarla.
Fuente: Diabetes Bienestar y Salud / Jaqueline Alcántara, Educadora en Diabetes y Licenciada en Nutrición