
La mayoría de las ocasiones la elevación del ácido úrico en la sangre se acompaña de otros padecimientos como: sobrepeso, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, entre otros.
La cerveza y otros licores, son productos con mayor efecto en los niveles de ácido úrico, una forma de controlarlos es reducir el consumo de carne roja y pescado.
La carne roja es la principal fuente de grasa saturada en la dieta, la cual se asocia a resistencia a insulina y enfermedad del corazón, en especial los embutidos derivados del cerdo (jamón, mortadela, salchicha, tocino), por lo que se debe moderar y en ocasiones evitar su consumo.
La fructuosa también es causa del aumento del ácido úrico, el principal problema son los alimentos que traen adicionada la fructosa, como productos empacados, por ejemplo; galletas, barras de cereal, jugos de frutas azucarados. De hecho, muchos productos bajos en calorías utilizan la fructosa dentro de sus principales ingredientes.
Los altos índices de ácido úrico provocan una disminución del óxido nítrico, mismo que favorece la hipertensión arterial y facilita la formación de placa de colesterol sobre los vasos sanguíneos.
La prevalencia ha ido en aumento en las últimas décadas y se incrementa sustancialmente con la edad y los niveles de ácido úrico en sangre. La gota es la causa más común de artritis en hombres de 40 años, mientras que en las mujeres afectadas generalmente se presenta después de la menopausia.
Por otro la dalo, la enfermedad de la gota es un padecimiento que se produce por una acumulación de cristales de sales de urato (ácido úrico) en el cuerpo, sobre todo en las articulaciones, tejidos blandos y riñones. Se manifiesta como una artritis que causa intenso dolor y enrojecimiento de inicio nocturno en el dedo gordo del pie, también es frecuente en el dorso del mismo, rodillas, tobillos y hombros.
La mayor parte del ácido úrico se disuelve en la sangre y viaja a los riñones, donde sale a través de la orina; sin embargo, cuando se produce demasiado o no se elimina lo suficiente, los niveles se elevan en el cuerpo, condición que se denomina como hiperuricemia.
Este ácido es producto del metabolismo de las purinas (componentes de ciertas proteínas), y se produce de forma natural en el organismo. Al existir más purinas en el cuerpo, aumentan las concentraciones de ácido úrico en sangre.
En ocasiones, el no metabolizar este ácido de manera adecuada puede ser por herencia. Hay dos factores de riesgo que son no modificables: la edad avanzada, por lo tanto, personas que ya han mantenido por varios años los niveles de ácido úrico elevados, tendrán mayor posibilidad de presentar signos y síntomas de la gota; el otro factor es el género, ya que los hombres tienen cuatro veces mayor riesgo que las mujeres de desarrollar la enfermedad.
Un tratamiento oportuno reducen los niveles de ácido úrico por debajo del nivel de cristalización, los cristales de urato se irán disolviendo lentamente hasta llegar a desaparecer y, con ellos, la posibilidad de sufrir nuevos ataques de gota.
Fuente: Diario de Yucatán